Cristóbal Beltrán Zambrano (Ecuador): Nos recomendaban a quienes estábamos en la biblioteca fuéramos sonrientes, amables y respetuosos, demostrando así que teníamos a Jesús dentro de nuestro corazón.
Cristóbal Beltrán Zambrano es un seminarista de la Diócesis de Portoviejo. Recuerda aquí el simpático comentario que hizo Catalina, al poco de conocerle, al enterarse de que había entrado en el Seminario.
Conocí a Catalina en una adoración al Santísimo. Recuerdo que me la presentaron María Augusta y Mayra. Lo primero que me preguntó fue: «¿Estás enamorado de Jesús?» Le respondí: «No estoy enamorado, solo soy un instrumento de sus gracias».
Al pasar del tiempo, ingresé al seminario y recibí la sorpresa mía de encontrar en el Instituto Tecnológico en Ciencias y Valores San Pedro a Catalina, a Mayra y a Mercedes. Nos saludamos y, al enterarse Catalina de que yo era seminarista, me dijo con una gran sonrisa: «¡Con que no estabas enamorado!» Soltamos a reír.
En ese año, yo prestaba mis servicios en la biblioteca. Cuando Catalina y Mayra llegaban para sacar copias o libros, mostraban siempre una sonrisa. Nos recomendaban a quienes estábamos en la biblioteca fuéramos sonrientes, amables y respetuosos, demostrando así que teníamos a Jesús dentro de nuestro corazón.
Me impresionaba mucho Catalina, que siempre era muy didáctica, extrovertida, respetuosa y guerrillera al observar las injusticias.