Carolina Aveiga (Chone, Ecuador): Pero ella, entre risas, recordaba que se las había ofrecido al Señor por esa alma.
Carolina Aveiga, desde Chone (Ecuador), nos cuenta una preciosa anécdota sobre cómo Jazmina mortificó su vanidad, algún tiempo antes de entrar como candidata, ofreciéndolo por el alma de un sacerdote.
En el año 2014 murió el P. Patricio Cedeño, que había sido nuestro párroco en Chone (Ecuador) por algún tiempo. Hacía poco había dejado nuestra parroquia para ir a una nueva en Portoviejo. Lo encontraron muerto una mañana a causa de un infarto. Para nosotras fue un impacto muy grande. Como la muerte lo había cogido tan de sorpresa, y no había podido recibir los últimos sacramentos, las hermanas nos invitaron a hacer sacrificios para que, si aún no estaba, llegara pronto al cielo.
Jazmina, que era tan vanidosa con sus uñas, en ese tiempo las tenía muy largas y cuidadas. Sin embargo, no dudó en ofrecer sus uñas, que cuidaba como un tesoro, por la salvación del alma de este sacerdote. El Señor escuchó y aceptó su sacrificio porque, de ahí en adelante, cuando ella intentaba cuidarlas, se le dañaban. Pero ella, entre risas, recordaba que se las había ofrecido al Señor por esa alma.