Anita, Ecuador:
“Anita, lo que se necesita para conseguir la felicidad no es una vida cómoda, sino un corazón enamorado”.
Hay muchas cosas que compartí con ellas. Hacíamos muchas cosas juntas. Nos ayudábamos muchísimo las unas con las otras. Yo me iba los sábados a dormir a casa de Jazmina para, el siguiente día, ir a misa juntas. Pasábamos los domingos juntas.
Jazmina y Mayra eran unas chicas muy alegres. También tenían sus momentos difíciles, sus luchas… Pero en medio de todo eso, ellas siempre sonreían. Después de haber entrado como candidatas su alegría era contagiosa. Estaban muy felices de haber dicho que sí al Señor. Jazmina siempre me decía: “Anita, lo que se necesita para conseguir la felicidad no es una vida cómoda, sino un corazón enamorado”.
Ellas eran mis mejores amigas. Las quería como a hermanas. Gracias a ellas conocí al Hogar. Ahora lo único que me consuela es pensar que están en el Cielo.