Carolina Aveiga (Ecuador): Yo no sé qué más pasó allí, pero después de esto salió dando saltos del santuario. Estaba muy contenta, algo había cambiado.
Es evidente y normal sentir dolor ante la separación física de las personas, pero con el tiempo se empieza a entender por qué el Señor permite ese sufrimiento.
Carolina Aveiga (Chone, Ecuador): Recuerdo a Mayra hablar con una sonrisa que trascendía.
La verdad es que la extraño un montón, pero me da mucha alegría saber que —por la misericordia de Dios— la veré un día.
Erika Moreira (Chone, Ecuador): «A Mayra siempre la recuerdo con una gran confianza en el Señor, en todo momento. Cuando tenía problemas en su casa, siempre nos decía: "El Señor tiene que ayudarme, es su deber". Y se moría de la risa.»
Guadalupe Cedeño Ruíz (Manabí, Ecuador): Algunas de las chicas que ahora están en el grupo, vinieron por ella. Bueno, por la torta de chocolate de Mayra, pero ahora están aquí en el grupo. Y fue por eso.
Guadalupe Cedeño Ruíz (Ecuador): Decía que fue una época en la que le entregaba todo al Señor. Todo. Se lo entregaba todo. Y era algo que se notaba.
Guadalupe Cedeño Ruíz (Ecuador): Aunque ella estuviera mal por las luchas con su vocación y no respondiera, ella siempre te ayudaba con mucha alegría si te veía a ti mal, y te daba muchos ánimos.
Doménica Salazar (Ecuador): Yo sentía que ella era realmente mi hermana, y que yo tenía que ser así con las demás.
Hna. Ruby Molayal (Chicago, EEUU): Siempre estaban alegres y en disposición de servir a los demás.
María Jessenia Salvatierra Molina, Ecuador:
Siempre me impresionó de ella la fuerza que tuvo para luchar hasta el final y ser siempre fiel.
Chelita Velásquez, Ecuador:
Ella era una chica muy especial, muy buena, muy entregada.
Hna. Kelly M Pezo, S.H.M., EEUU:
A Mayra le encantaba la imagen de Jesús como Buen Pastor. Guardaba una estampita de Jesús, el Buen Pastor, y decía que cada vez que le miraba la enamoraba.
Hna. Gema, S.H.M., España:
"Creo que si llegué hasta el final, ida y vuelta, fue gracias a esta “rama” que incansablemente me ofreció su ayuda hasta que llegamos."
Anita, Ecuador:
“Anita, lo que se necesita para conseguir la felicidad no es una vida cómoda, sino un corazón enamorado”.
María Cristina Pinargote, Ecuador:
"Nos decía que cuando fuéramos a la universidad teníamos que ser muy fuertes, porque ahí encontraríamos un ambiente muy malo."
"Sabes que junto al Señor y nuestra Madre eres feliz."
Hna. Ruth Ibañez, España:
La recuerdo siempre con la sonrisa en los labios.
Melina Flores de Valgas, Ecuador:
"Si tú te entregas y abres tu corazón y tienes al Señor en tu vida, siempre serás feliz”.
Gemita Dayana Vergara Espinoza, Ecuador:
Soy muy feliz, porque ahora puedo decir con certeza que he hecho la voluntad de Dios.
Aura Cristina, Ecuador:
Tenía un gran espíritu de sacrificio.
Carolina Aveiga, Ecuador:
"La última vez que la vi, me abrazó muy fuerte y me dijo: No quiero verte triste, nunca triste. Haz lo que tienes que hacer."
Si tienes algún recuerdo o has recibido algún favor de la hna. Clare o de alguna de las 5 candidatas fallecidas en el terremoto de Ecuador, así como fotos o vídeos, te rogamos que nos lo mandes enviando un e-mail a: hermanaclare@hogardelamadre.org
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