Lunes, 25 de enero de 2016
Querida N.:
Yo entiendo por lo que estás pasando. Si yo me encontrara en la misma situación, te aseguro que estaría peor. Pero ahora, yo estoy aquí y tú, allá, y tengo que decirte todo lo que Dios quiere que sepas.
Lo primero es que debes creerte que no estás sola, que la Virgen, como buena Madre, sigue a tu lado para darte la mano cuando tú quieras levantarte. Ella está esperando a que tú le digas: “Ya, ahora, levántame”. Y lo hará.
Segundo: si te alejas del Hogar, tarde o temprano, terminarás por alejarte de Dios. Y morirá tu alma. Lo sabes, ¿verdad?
Tercero: debes abrirte con la hermana que tú misma escogiste para que te ayudara. Ya sé que… El Señor lo quiso, pero tú debes esforzarte. Nadie dice que sea fácil. Si yo te contara todo lo que me cuesta… Pero sé que lo debo hacer, porque, si no, lo dejaré (al Señor).
Reza mucho por mí. Tus oraciones me ayudarán solo si estás cerca del AMOR, que es Dios. ¡Ánimo! Ve a misa. Procura no caer en pecado mortal. Ayuda a las chicas con tu ejemplo. De lo demás, Dios se encarga. Sí, también para mí eres como una hermana. Pero ¡lucha!
Dios te bendiga
Jazmina