La intención de la hermana era ayudar a esta joven a luchar contra esas cosas que le estaban haciendo tanto daño en su avance espiritual.
Un examen de conciencia personalizado, escrito a mano –de su puño y letra - por la Hna. Clare.
La Hna. Clare tenía corazón de apóstol. Le importaba cada alma que se cruzaba en su camino. Este examen de conciencia lo corrobora. No es un examen de conciencia exhaustivo y completo de los Diez Mandamientos. Es un examen de conciencia personalizado, escrito a mano –de su puño y letra - por la Hna. Clare para ayudar a una persona concreta, tras haberla observado comportarse después de unos días de convivencia. La intención de la hermana era ayudar a esta joven a luchar contra esas cosas, solo aparentemente pequeñas, que le estaban haciendo tanto daño en su avance espiritual.
Para animarla, la Hna. Clare termina el examen de conciencia con la letra de una canción en la que un alma expresa su deseo de conversión y confianza en Dios, a pesar de sus miserias.
1) ¿Me he levantado lo más rápido que he podido esta mañana?
2) ¿Me he levantado de la mesa por razones egoístas?: Porque tenía que arreglar mi pelo, porque no me gustaba la conversación, porque no me gustaba la persona que llevaba la conversación, etc…
3) Cuándo me he puesto a servir la mesa, ¿lo he hecho por amor, o lo he hecho para no tener que estar en la mesa?
4) ¿Cuándo he estado con otras personas - de manera particular estando hoy en la mesa - he intentado colaborar para que la conversación fuera edificante? ¿O me he comportado de modo superficial, tirando para debajo de la conversación? Por ejemplo, a veces tu silencio puede ser edificante. A veces hay cosas que puedes decir mejor sin decir nada en absoluto.
5) ¿He controlado mi genio exterior e interiormente?
6) ¿He procurado guardar el pudor?
a) en mi forma de hablar: no hacer comentarios en los que se deslice sombra de impureza, por pequeños o aparentemente desapercibidos que parezcan los comentarios.
b) en mi forma de actuar: ¿He procurado sentarme de acuerdo con mi dignidad de mujer? ¿He cuidado mis expresiones corporales? No hace falta estar siempre dando abrazos, besos, dando masajes, etc… Esa manera de actuar muestra signos de un desorden en los afectos.
7) ¿He intentado ser amable con todo el mundo hoy, aún las personas que me caen mal?
8) ¿He luchado contra los pensamientos impuros y contra los pensamientos de mi pasado?
9) ¿He hecho algún sacrifico o penitencia, grande o pequeño, para reparar por mis muchos pecados?
10) ¿He aprovechado bien el tiempo de oración?
11) ¿He prestado atención, pero de verdad, he procurado atender en Misa?
12) ¿He sido de alguna manera una pequeña luz para otras personas? Puedes ser una “pequeña luz” dando un buen ejemplo a alguien, haciendo algún comentario espiritual, etc…
13) ¿He hecho lo que tenía que hacer en casa? Por ejemplo: las tareas de limpieza, seguir el horario que he establecido con mi director espiritual…
14) ¿He malgastado dinero?
15) ¿He obedecido?
16) ¿He intentado hoy pensar en Dios fuera del tiempo de la Misa o de la Adoración? ¿Le he pedido ayuda?
Cosas rotas (Aquella “canción irlandesa”):
Pues, aquí estoy Señor,
vengo a poner mi corazón a tus pies.
Se ha ensuciado por el camino,
Ha sido golpeado y roto,
llagado y dolorido.
Pero, solo quiero decir…
Puedes tener mi corazón,
si no te importan las “cosas rotas”.
Puedes tener mi corazón,
si no te importan mis miedos.
Pues, he escuchado que haces nuevas todas las cosas,
entonces espero que puedas arreglar el mío también.
Si lo quieres, puedes tener mi corazón.