Hna. Rosa López, SHM: La Hna. Clare la escucho, sonrió y le dijo: «Dele gracias a Dios. Todo es para gloria de Dios».
La Hna. Clare era consciente de que el Señor le había dotado de muchos talentos, pero sabía que todos esos dones no eran para que ella fuera el centro de nada, sino para dar gloria de Dios y ponerlos al servicio de la evangelización. La Hna. Rosa López, de Guayaquil, nos cuenta esta breve anécdota que lo demuestra.
Habíamos ido de peregrinación a un Santuario de la Virgen. En uno de los días en que estuvimos allí, la Hna. Clare cantó al comienzo y al final de la oración para ayudar a las chicas a entrar en el ambiente de oración. Cuando terminamos, todos salimos. Una señora se dirigió a la Hna. Clare y le dio las gracias por haber cantado. Le dijo que le había ayudado y que tenía una voz muy hermosa. La Hna. Clare la escucho, sonrió y le dijo: «Dele gracias a Dios. Todo es para gloria de Dios».