Katherine Cobeña: A ella yo podía decirle lo que sea y sabía que ella nunca me iba a juzgar.
Katherine Cobeña es miembro del Hogar de la Madre de la Juventud. Comparte sus recuerdos de la hermana Clare, a la que conoció por primera vez en el 2013, en un viaje misionero al Puyo, y además fue alumna suya, en la Unidad Educativa Sagrada Familia, de Playa Prieta (Ecuador).
Mi trato con la hermana Clare era diario, no sólo por ser alumna suya, sino porque todos los días yo iba a misa con las hermanas. Tenía muchísima confianza con ella. Podía contarle cualquier cosa, hablar con ella de cualquier tema, que siempre me escuchaba y estaba disponible para ayudarme, y cuando tenía que corregirme en algo no dudaba en hacerlo, era muy radical y esta radicalidad me impresionaba mucho.
Ella era una persona entregada, servicial, generosa y siempre atenta a las personas que pudieran necesitar de su ayuda. Es más, ella notaba cuando te pasaba algo y se interesaba. Con los enfermos era increíble la facilidad que tenía para arrancarles una sonrisa cuando íbamos a visitarlos.
También me impresionaba su obediencia. Aunque no supiera hacer muy bien lo que le estaban pidiendo, ella estaba allí dándolo todo. Era una mujer llena de fe que practicaba lo que decía.
Yo admiraba su paciencia, pues le tocó ser tutora de un curso muy, muy difícil. Siempre estaba pendiente de ellos, y aunque estoy segura que en más de una ocasión, pensó en tirar la toalla, seguía trabajando con ellos. Se ganó su confianza y no tenían ningún problema en contarle sus cosas. En su entrega diaria en el colegio para poder lidiar con tantos niños que la buscaban, la tiraban del hábito para llamar su atención, se notaba que ella vivía en unión constante con Dios, y esto le daba fuerzas para vivir todo eso con alegría y disponibilidad constante.
Siempre, siempre estaba alegre, contenta. A pesar de que yo sabía que ella sufría de migrañas, que se desgastaba en clase con los niños y acababa muy cansada, nunca la vi quejándose. Se notaba que su alegría, era una alegría sobrenatural que le venía de Dios. No salía sólo de ella. Para mí destacaba en muchas virtudes. Era una hermana extraordinaria.